Me muero como el pájaro, me muero
por los cuatro costados de la herida
cuando en el cielo empieza su caída
vertiginosamente hacia el otero.
Me muero como el pájaro, y me entero
que la muerte practica su embestida
jugando al ajedrez una partida
con las blancas y negras del tablero.
Me muero por la vida paso a paso,
me muero como el pájaro abatido,
me muero como el sol en el ocaso.
Me muero sin sentirme arrepentido
de haber ahogado en vino, vaso a vaso,
el oscuro dolor de haber vivido.
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